Restaurante y Establecimiento en Monterrey
Sanborns Monterrey Centro es un restaurante un establecimiento ubicado en Monterrey.
Con una calificación de 4.2/5 basada en 5123 opiniones, somos uno de los establecimientos mejor valorados de la zona.
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Lamentablemente mi experiencia en este Sanborns del centro de Monterrey fue muy mala. Las instalaciones se ven descuidadas y el baño estaba sucio y lleno de basura (ya saben de cuál hablo). El olor a desechos fecales era insoportable, no sé si por falta de limpieza o un problema de drenaje, pero definitivamente fue desagradable. El lugar luce viejo, lo cual no sería un problema si al menos estuviera limpio, pero lamentablemente no lo está. El mesero que me atendió fue muy mal encarado y atendió con desgano, a pesar de que el restaurante tenía menos de cinco mesas ocupadas y no era el único mesero disponible. Además, el platillo que buscábamos (los tecolotes Sanborns) nos dijeron que ya no estaba en el menú, aunque más tarde resultó que sí se podía pedir. La mesa no tenía mantel, servilletas, pan ni salsa, y ni siquiera los colocaron cuando llegaron los platillos. Por contraste, fui después al Sanborns de Galerías Monterrey y la diferencia fue enorme: todo limpio, bien atendido y con la mesa completa. No regresaré a este Sanborns del centro por lo insalubre, la mala atención y el evidente deterioro del lugar.
Empezamos por el Horario, antes abrían a las 7:30 am, pero no estaban puntuales las meseras. En cuanto atención a las meseras les tienes que hablar con pinzitas por qué siempre están de genio, no te traen lo que les pides y se la pasan en una mesa del rincón almorzando. En cuanto al pan y café está riquísimo.
Es un lugar donde no pasa el tiempo, al entrar a este lugar te trasladar en automático en la cápsula del tiempo, este es el motivo x el cual me gusta, es agradable y el café ufff una delicia
Acudimos a este establecimiento a comer y, mientras esperábamos nuestra orden —que ya se estaba tardando—, apareció una cucaracha rondando la mesa, lo cual nos causó una gran impresión y desagrado. Si es su última opción, podrían considerarlo, pero honestamente no vale la pena. La comida deja mucho que desear: el sabor no es bueno y no respetan lo que uno solicita. Pedí una milanesa de res y me trajeron una de pollo. Además, el agua de limón no tenía sabor alguno; más bien sabía extrañamente salada, como a “salimón”. Una experiencia bastante decepcionante.
Solo porque no tengo otra opción cerca del hotel que esté más o menos limpio, y no me queda más que venir al Sanborns, donde siempre hay que hablarle con pincitas a las meseras, siempre están de genio, en el celular hasta el fondo o comiendo en la cocina. No hay supervisión de servicio en éste lugar. Llegas y te dicen "quiere la carta???" Pero con cara de "a ver qué molestan ahora"... Hay una en particular, Dulce, blanca, alta y delgada, que siempre es así con todos. Qué pesado es comer acá... No dudo que hasta ha de ser cierta la leyenda urbana de que le escupen a la comida si no les hablas bonito y de buenas (que así debe ser siempre el trato entre cliente y mesero, cordial y respetuoso) pero llegas y en vez de decir "tengo trabajo" creo que piensan"ash, ahí viene otro"... Y eso sin hablar del tieeeeemmmpo en que tardan en tomar la orden y muchísimo maaas de espera al platillo... Hoy, llevo más de 30 minutos esperando, y comeré como máquina para regresar a tiempo a trabajar porque son super tardados
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